
Esa es la frase más digna que se me ocurre al pensar en los curas.
Pido disculpas por generalizar, pero en estos días ya estoy de la Iglesia Católica hasta mi mismísimo segundo apellido. Seguramente habrá curas de amplia vocación, no lo pongo en tela de duda, pero a las pruebas me remito de que algo tiene que cambiar.
Hoy hablabamos con mi amiga Raquel de este tema y la pregunta que flotaba en el aire era... ¿por qué no permiten a los curas que se casen y formen una familia? ¿acaso formar una familia es incompatible con consagrar la vida a Dios? ¿qué pasa entonces con los Rabinos o los Pastores Evangelicos? O mejor dicho, con el resto de religiones y creencias que permiten tener una vida normal, como cualquier otra persona...
¿Con qué autoridad moral un cura puede a mi hablarme de matrimonio, de hijos, de familia, de convivencia, de tolerancia, de respeto, de entrega absoluta al cónyuge cuando ellos, en teoría claro está, consagran su vida a Dios mediante el hipócrita celibato?
Poniéndolo desde otro punto de vista... ¿les parecería normal que se les prohibiera a los docentes casarse y tener hijos por el simple hecho de entregar su vida a la docencia? ¿No, verdad que no? Pues creo que es lo mismo.
Si la Iglesia pierde adeptos será que hay una generación entera y sin fronteras que pide cambios... Y no habló de que el Papa vaya a un concierto de Rock, sino que haga un profundo y radical cambio de principios.
Si, ya lo sé, es una utopía... pero ¿que pasaría si a los curas se les permitiera casarse y tener hijos si así lo quisieran?
De todas formas, personalmente creo que los casos de pederastia seguirían existiendo, de eso estoy segura, porque el que tiene una mente enferma a ese extremo no tiene otra solución más que la carcel de por vida. Ni perdón, ni porras... Estos señores de sotana se amparan en la Santa Iglesia Católica para arrancarle la inocencia a niños y niñas ¿es eso normal? ¿merecen perdón?
Pues como consejos venden y para ellos no tienen, creo que el refrán más acertado en este caso sería HAZ LO QUE YO DIGO PERO JAMAS LO QUE YO HAGO...
Amén.