miércoles, 9 de mayo de 2012

viernes, 4 de mayo de 2012

Feliz cumpleaños a mi...

Hoy cumplo 43 años. Pocas cosas me hacen tan felíz como el cumplir años. Hay un aura de festejo, de alegría en casa, de tratar de hacer todas las cosas lo más secretamente posibles para sorprenderme. Y eso me gusta. Me gusta mucho...
Esta mañana, el primer saludo fue el abrazo de Salva, ese abrazo que me hace sentir la mujer más afortunada del mundo por tener a quien tengo como compañero de viaje en la vida. Enseguida despertó Noa, quien esperaba este día como si fuera el día de Reyes, no sólo por la ansiedad de darme el dibujo, que fue capaz de hacerlo sin que yo me enterara, sino porque hoy toca tarde de cine para ver la peli que ella eligió (Soul Surfer). El dibujo de Noa es muy significativo: me ha dibujado la casa de mi hermana en Buenos Aires, decorada de "cebra" pero en tonos rosas....  Sacar vuestras propias conclusiones...

Pero este despertar de un nuevo día en familia, con la familia que fuimos capaces de formar, sencillamente me emocionó. No sé si será que los años me hacen más sensible, da igual, pero hoy me sentí especialmente única, orgullosa de ser quien soy, con quienes estoy y donde me apetece estar aunque sienta morriña por mi gente que esta lejos y por mi amadodiado Buenos Aires
Pero para llegar a ser quien soy, hicieron falta muchos más personajes en esta historia: la gente que ha pasado por mi vida. Todos han tenido la importancia que yo he querido que tuvieran (por suerte solo yo decido sobre mis sentimientos, para bien o para mal, pero decido yo). Cada recuerdo que tengo de estos 43 años han forjado el camino de mi historia personal. Un abrazo, un beso, un desprecio, una mentira, una verdad... las palabras, los silencios... el backgammon, los mates, el chandon extra brut, el galpón, el bar alemán de Palomar, Cuernavaca... el pasar hoja de revista... las risas porque un perro se desayune un único par de zapatos o porque alguien pateaba bordillos por creer que habia hecho mal un exámen  con el que finalmente tuvo la mejor nota...el momento de conocer a alguien... el whisky con gusto a whisky, los bares de San Isidro, el tren Urquiza, el Sarmiento o el subte... el 114 o el 105...  el Hurling, el Curupa o el Reti... El ver crecer a nuestros hijos mientras trabajamos para hacer más llevadera su vida en el cole o mientras los vemos en la piscina todos los viernes desde hace 5 años... el ir a Carrio todos los comienzos de vacaciones a buscar a Papi o el ir a hacer compras al Tigre... una confidencia impensable... ese primer abrazo en el Aeropuerto o el momento de saber que ibamos a ser 3... las miradas, las sonrisas, las lágrimas, las despedidas y los encuentros... Nada ha pasado desapercibido para mi y aunque parezcan momentos sin importancia, de una forma u otra marcan mis sentimientos, y en base a los sentimientos actúo y soy quien soy.
Cada uno de quienes esté leyendo esto sabe a lo que me refiero. Da igual como haya sido, si ha sido creciendo juntos, estudiando, haciendo el ingreso a la Universidad del Salvador o mientras cursaba en la Kenndy, en la Escuela de Arte, en Cosal o ahora en el curso de Bisuteria o con los Pinturetas... o quizás acompañandome en los momentos difíciles cuando murió mi Papá o cuando dejé todo en Buenos Aires para vivir en Asturias... Quizás simplemente hayamos compartido una charla, un momento único que nos haya marcado en el recuerdo... Por qué no también alguna bronca o siemplemente un silencio... Seguramente ese instante compartido, que muchas veces suele pasar desapercibido ha tomado hoy sentido para que todas las piezas de mi vida encajen una con otra. 
Si, a mis 43 años me siento afortunada, claro que si. Puedo tener el coraje de decidir a quien quiero hoy en mi vida y quien me sobra, eso no lo puede hacer todo el mundo pero yo me tomo ese pequeño permiso. Hoy soy yo la que quiere hacerles un regalo y mi regalo es agradecerles a todos ustedes que han aportado y aportan momentos en mi vida que hacen que sea lo que realmente soy: una persona feliz. A todos, GRACIAS.