martes, 12 de abril de 2011

No doy explicaciones. A nadie.

Claro, rotundo y contundente. No doy explicaciones ni a la madre que me parió, literalmente hablando.
A mis (casi) 42 tacos ya no me rebajo ante nada ni ante nadie. Saberlo, y olvidarme si así lo prefieren, pero por favor, no tocarme más las pelotas.


Ser felices.