domingo, 27 de marzo de 2011

Volver a la niñez

Para los que siguen mi blog, les cuento que hace mañana 15 días se acabo nuestra pesadilla familiar con las amigdalitis de Noa. Sé que suena a tontería, básicamente todos los niños suelen sufrir amigdalitis de vez en cuando, pero cuando se dan alrededor de 15 episodios en menos de un año, a nosotros como padres no nos parece normal. Hemos pasado por médicos privados que solo nos han sacado dinero y de paso,para justificar la fortuna que cobran, nos planteaban la posibilidad de diferentes "síndromes" que solo aumentaban nuestra angustia y que ninguna manera mitigaban el sufrimiento de nuestra niña al padecer anginas cada 20 días.
Quiero aclarar que cada episodio duraba alrededor de 8 días, además de dejar de ir a la escuela (lo que suponía un verderdero espectáculo de llanto e histeria), ella dejaba de comer (se mantenía a agua y potitos de fruta), la fiebre solía subirle a 41º (más de una vez llego a 41,5ª), y además. como si todo fuera poco, padecía leves convulsiones a medida que le subía la temperatura. A eso dos otorrinos del Hospital de Riaño llamaron "episodios normales" en varias ocasiones, acusándonos a Salva y a mi de "pretender saber más que los médicos" y que nadie la operaría antes de cumplir 5 años por el mero hecho de las causas y efectos colaterales que citábamos tanto nosotros como su pediatra. Me gustaría añadir que Noa tuvo mucha suerte. Si alguna de sus placas de pus hubieran reventado, la infección hubiera sido generalizada, y si las convulsiones hubieran sido peores, hubiera tenido problemas neurológicos. Ahí queda nuestra "exageración".
Pues luego de mucho pelear, hemos ganado la guerra. Luego de que los "tratamientos preventivos" a base de antibióticos, de la inyección de penicilina que la dejo coja durante 3 días, de tanto usarla como cobaya y de nuestro sufrimiento como familia, por fin llegamos al HUCA, en Oviedo. Y llegamos a Oviedo luego de discutir (hasta casi las manos) con el otorrino que la atendió la última vez y dijo que eran anginas virales y que de ninguna forma le correspondía tratamiento de antibióticos (cabe señalar que tuvimos tanta suerte que siempre nos tocaba el mismo "profesional" -léase con sorna- que sostenía a rajatabla que los exagerados éramos los padres y que su verdad era la absoluta). Y para ilustrar lo que digo, dos imágenes valen mas que mil palabras:

En sepiembre de 2010 nos atendieron en otorrinolaringología en el Hospital de Oviedo. Ni bien vieron su garganta (sin estar enferma ese día) nos dijeron que eso "no era normal". Que una niña que padecía lo que indicaba "su pediatra" en el informe era absolutamente operable, sobre todo teniendo en cuenta las repeticiones, las convulsiones, y que por supuesto no es normal que una niña de 3 años ronque  como una paisana y que este sorda de un oído como una tapia. Firmamos la autorización y entramos en lista de espera. Así pasaron 7 meses y el lunes 14 de marzo se obró el milagro. Le quitaron las amigdalas, las adenoides y le destaparon el oído derecho.
Nuestra niña ha ganado calidad de vida. Hemos recuperado toda la familia la calidad de vida.  Todos,con un pequeño gesto de un médico sensato, hemos vuelto a la niñez. Vale la pena luchar siempre, mucho más si es por nuestro hijos. Palabrita del niño Jesús....

P/D: Un recuerdo memorablemente despreciable a Joaquín y a Humberto, los omnipotentes que le han quitado meses de niñez a nuestra hija.

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